Pepe da Rosa - Los Zapatos nuevos (versión en video) Text

Songtext zu Los Zapatos nuevos (versión en video)


El otro día llego a mi casa y me encuentro mi mujer muy contenta. Se había metido en una rebaja y me ha comprado unos zapatitos. Mi mujer sabe que yo tengo un problema de pie. Bueno, de pie, sentado y acostado, yo los pies los tengo grandes me ponga como me ponga. Pero me tenía que comprar y me compró los zapatitos y llego yo y me la encuentro muy contenta.

"Ah, mira lo que te he comprado, son italianos. Anda, pruébatelos." Yo traté de meter las dos piraguas indias que tengo por pies en aquellos zapatitos, y al principio ustedes saben que unos zapatitos siempre aprietan un poco. Después se supone que dan de sí. Los míos dieron de no. Meto mis pinrelitos allí dentro hago así, y viéndome venir la tragedia digo "Parece que aprietan una mijita, eh." Y dice mi mujer "Claro. Ten presente que son nuevos. Llévatelos puestos, hazle la horma, deja el coche por una vez en la puerta de casa, vete andando y ya verás cuando vuelvas a la noche como tú te has acordado de mí." Je, je, y me acordé de ella, toda la tarde me estuve acordando de ella. Me fui para el centro andando con los zapatitos nuevos puestos.

¿Han visto ustedes unos bares que hay unas planchas de hierro con dos bombonas de fuego debajo, la plancha se pone al rojo vivo y ahí se asan filetitos, gambas, hamburguesas? Bueno, pues dos planchas como aquellas eran los pies míos al rato de haber salido yo de mi casa pero sin las hamburguesas. Al principio no se nota mucho, al principio va uno roneando, saludando a los amigos, presumiendo de zapatos, digo "Bueh, que talento tiene la tía. Mira, regalo de la parienta. Otra cosa no, pero comprando zapatos es redonda."

Pero cuando aquello se empezó a calentar, fuéseme poniendo la faz pálida que diría un poeta, se me fue arrugando la papa y empecé a meter la puntita de los pies para adentro. Porque yo no sé lo que pasa pero cuando a uno le aprietan los zapatos, parece que encuentra cierto alivio en irse encogiendo y metiendo las puntitas para adentro.

Mira, yo me iba agarrando a todo lo que encontraba: guardacoches, municipales, vendedores de cupones. No he saludado más gente en mi vida que aquella tarde con tal de pararme una mijita de cuando en cuando. Gente que ni conocía le agarraba la mano "¿Como está tu padre? ¿Y tu madre? ¿Donde vas a pasar el verano? Espera, no te vayas de aquí ¿Cuanto vas a pagar de hacienda?" Mira, yo lo que no quería era quedarme solo haciéndome el cascabullo, y la punta de los pies cada vez más para adentro. Bueno, ya llegó un momento que tan para adentro llevaba la punta de los pies que yo ya no sabía si iba o volvía.

A esto que se me acerca mi amigo Mateo, me ve la cara y dice "¿Oh, qué te pasa?. Estás malo. ¿Quieres algo?" Digo "Sí, unas alpargatas ¿Llevas encima unas tú?" Se queda mirando y dice "Ya está, no me digas más. Te has comprado unos zapatitos y te han dado un número menos ¿no?" Digo "¿Un número menos? Todos, todos los números menos. A mí me han tenido que dar el cero. Yo ya no sé si llevo los pies metidos en dos zapatos o en dos copitas de coñac, voy loco."

Se agacha y dice "Oye, pues estos zapatos son italianos, eh." Dije "Y bueno, yo que tengo que ver con que sean italianos los zapatos. ¿Yo voy a tener una conversación con los zapatos ni más, Mateo?" Y a esto para acabarlo de arreglar va y dice "Pues yo que tú, me iba a casa corriendo." ¡Ay, cuando me dijo aquello! Digo "¿Y tiene que ser corriendo, verdad Mateo? ¿Tú te crees que yo ahora mismo tengo los pies para una carrera? Anda hijo, vete y búscame un taxi que voy a llegar a mi casa y voy a ahorcar a mi mujer con los cordones, vete."


No había taxis. Porque claro, si hay un taxi la cosa se hubiera podido medio arreglar. Y yo tenía dos soluciones: o me vuelvo descalzo como Caballo Loco, o aguanto el tirón y vuelvo con ellos puestos. Dije "No. Yo macho, machote y áspero como un membrillo, ¿van a poder los zapatos más que yo?" Je je, pues claro que pudieron los zapatos más que yo. Yo siempre he creído que vivía cerca del centro, hasta aquella tarde. O yo no vivo cerca del centro, o alguien se estaba llevando mi casa más para allá pero yo nunca llegaba.

Mira, si ir para el centro fue un martirio, venir del centro fue "agárrate que la llevo floja". No había piedrecita que yo no cogiera, no había huesecito de aceituna que yo no pisara, no había familia de mi mujer de la que yo no me acordara. ¡Qué repaso no le haría al árbol genealógico de mi parienta, que hasta el cuadro del abuelito que estaba colgado en el comedor se descolgó y mató al gato!

A esto que se me acercan dos ingleses. Avanza uno de ellos para mí, pego yo la escapada "¡Vaya pa atrás!" digo "¡Si me pisas, te mato!" Anda que tengo yo los pies como para un pisotón a la inglesa. Y dice uno de ellos "Mi no quiere pisar usted, señor. Mi quiere que usted dice a mi donde está la calle de los hermanos Álvarez Quintero." Digo "Mira. Yo no veo ahora mismo más hermanos que a los Tonetti, y eso porque son payasos y tienen dos zapatones así de grandes que se los cambiaba sin ver." Mira, yo me imaginé que les había caído malamente pero qué iba a hacer ¿no?

Por fin llegué a mi casa. Ay, cuando entro a mi casa hice así... y saqué aquello de aquellos, ¡Oh! ¡Ay, esplendor en la hierba! La habitación se llenó de pie, el dedo gordo en el comedor, de hocico en la cocina, qué desvergüenza madre. Sentí vergüenza ajena, digo "Pero todo esto es tan grande, hasta para una cosa tan chiquitita ¿es posible?" Me fui para la cocina, cogí una olla que había, la eché en una palangana, metí los pies y... ¡Uy, que fresquito! ¡Hasta al rato no me di cuenta que había cogido la olla del gazpacho! A mí qué me importaba tener los pies llenos de pepinos, lo que yo quería es tenerlos frescos.

A esto que veo llegar a mi mujer y digo "¡Vete! ¡Vete, canalla vete! ¡Vete, que hasta los riñones los tengo molidos! ¡Vete que tienes peores ideas que J.R.! ¡Vete! La próxima vez que vayas a una rebaja te compras un submarino amarillo, te compras un camión de pipas, ¡pero los zapatos deja que me los compre yo! ¡Mala puñalada te peguen que conozco la medida que calzo!"

Que siempre que llega un caso de estos me acuerdo de una frase que decía mi abuelita, la pobre que era de San Juan del Puerto "Hijo mío, te quiero más que a unos zapatitos viejos."

Que es conveniente saber
que al que sabe no lo engañan
que si el hombre tiene nuez
la mujer tiene castaña

Pepe da Rosa - Los Zapatos nuevos (versión en video) Songtext

zu Los Zapatos nuevos (versión en video) von Pepe da Rosa - Los Zapatos nuevos (versión en video) Lyrics Pepe da Rosa - Los Zapatos nuevos (versión en video) Letra de Los Zapatos nuevos (versión en video) com Pepe da Rosa - Los Zapatos nuevos (versión en video) Text Los Zapatos nuevos (versión en video) Pepe da Rosa Los Zapatos nuevos (versión en video) Liedtext

Noch keine Übersetzung vorhanden. Musik-Video-Miniaturansicht zu Los Zapatos nuevos (versión en video) Songtext von Pepe da Rosa

Video zum Los Zapatos nuevos (versión en video)


Los Zapatos nuevos (versión en video) Songtext von Pepe da Rosa


Andere Songtexte und Deutsche Übersetzungen

von Pepe da Rosa

Beliebt Lyrics

Beliebt Neu Songtexte